Pensaba en las cosas irremediables que suceden y en la predilección por las personas que esconden los sentimientos. Caminó pensativo todo el tiempo y sentía que todo se movía a cada paso que daba, como si notara la desnudez de los pies bajo sus pasos. Poco a poco el sendero se hizo más estrecho y la luna alargó vanidosamente sus manos contra el horizonte. La noche empezó a caer como un manto de terciopelo ocre sobre la arena de la laguna, trayendo una sensación de tranquilidad extraña, como si se apaciguara el tiempo y empezara a comprenderlo todo. Aunque parecía que había llegado al final, era ahora cuando empezaba todo
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