martes, 31 de mayo de 2011

- MURIENDO DE PENSARTE

Hoy por fin, después de tanto tiempo

amanecí sin penas en los ojos

y descolgué las ausencias de mis manos

Pero ayer y todos los días

me tuve que cambiar el corazón

para no morir de pensarte...


martes, 17 de mayo de 2011

-AUSENCIAS, NADA MAS

Todo sucedió hace mucho tiempo, cuando las cosas, incluso los sentimientos, eran más verosímiles que ahora, incluso se podría decir que más reales, porque tenían un efecto de tormenta más contundente. La tarde se fue apagando poco a poco, languideciendo detrás de aquel velo plomizo de nubes que no dejaban mirar más allá de la tristeza inmediata, cuando de pronto el sol esplendoroso se escapó unos minutos y se fundió con el agua, dejando suspendida en el aire una luz de revancha, mientras se respiraba el viento blanco que regalaba el mar con afán de indulgencia. Porque hay momentos que no se pueden dejar de mirar con otros ojos, cuando se ha compartido tantas veces el mismo atardecer, el mismo sentimiento.

Muere la tarde, envuelta de tristeza
y rescata del alma, palabras nuestras
irreconocibles todas, ahora tan lejanas
en este paisaje opaco y tan vacío
donde nada pasa, sólo el tiempo
y las gaviotas cambiando de paisaje
derramando tus palabras, ahora huecas
de locura y de amor, y mucho silencio
de aroma con desgana, de tardes traicioneras
de la infinita distancia de tu nombre
del reverso de un olvido, de todo al mismo tiempo
y detrás del mar, mi sentimiento

miércoles, 11 de mayo de 2011

- MUELLE DE CONFIDENCIAS

Aunque a veces la vida es como una moneda que se lanza al aire, lo cierto es que no nos sirven las soluciones intermedias, los desenlaces que nunca concluyen, porque la moneda nunca queda de canto. Y en ese juego después del letargo nos sonríe alguna vez la suerte, porque la complicidad sólo tiene el precio de la felicidad de los pequeños momentos y las mil razones para seguir viviendo.

En esta orilla donde quebraba el atardecer el murmullo que dejan las palabras sentidas, en este muelle silencioso de piedra negra donde nos sentamos ayer mirando el mar de plomo y fuego, bajo esta quietud anárquica que ensancha la mirada hacia los corazones, con esta luz limpia que deja apreciar la delicadeza de cada palabra, bajo esta sensación de paraíso sembrado de confidencias, sólo me atrevo a decir que sin ti no siento nada...