viernes, 18 de noviembre de 2011

- HASTA ALGUN DÍA

Las casualidades hacen que algunas veces se recuperen de una manera mágica las luces de la alegría, que arrojan un halo de frescura a cada despertar, pero es el mismo misterio el que ahoga la amistad prisionera de los sentimientos, sorda a las contradicciones, a lo grande y a lo pequeño, sin pausa y sin tiempo, y nos lleva inflexible al retiro de una agonía que perdió el rumbo un día en que se hizo el silencio y no volvió, para dejar sólo un sitio vacío.


Con las manos heladas
en la infinita noche de mi alma
me encontré otra vez al olvido
con el invierno en la mirada
golpeando el amanecer de los días
los pensamientos que se quedaron dormidos
se pierden hoy vencidos por la ausencia
en el vaivén de los días sin nombre
mientras un suspiro delira a la deriva
escondido bajo la lluvia triste del otoño
devorando con aires de tormenta
las palabras, la risa, la complicidad
hasta la desolada despedida
hasta un tal vez algún día