viernes, 30 de abril de 2010

- LA PENA DE TU SILENCIO

Quien más y quien menos, todo el mundo tiene algo que perder y mucho que agradecer. Por eso son inevitables los momentos en los que se siente esa punzada honda de agonía que estalla en la garganta como una súplica o como un grito de impotencia, sobre todo cuando la distancia traza un surco de fronteras que deja aislados los sentimientos y a partir de ahí, siempre el mismo sueño, que lleva el nombre del pasado. Por eso el amor a veces se convierte en un ideal y ya se sabe, algunos son imposibles. Por eso habrá que comenzar desde donde somos, con la herencia del silencio que tenemos.
.
Aunque tú no lo sientas
desvaneciste las luces
ayer cuando marchaste
Como la voz del silencio
escaparon las nubes
para proyectar mi sombra
en la oscuridad de mi adentro
para inventarte conmigo
en mis sentimientos
Y ahora…
¿de tí en adelante

qué encontrar
después de perder tu paso?

cuando palpiten en el abismo
las huellas de tu orgullo

y en la mar, la duda
que deslice entre colores
los besos que aún siento,

y ese vago rumor abierto
que sonríe ardiente
conquistando el pensamiento

de hondo silencio,
que se prolonga para diluirse
otra vez entre el aire
Y enmudece el alma mía
cuando de nuevo la noche

de sombra oscura
llena la distancia
que duele sin ti,

y rueda al son una lágrima
que se cruza con la risa
que tanto nos unió,
allá donde murmuró la vida
con el rumor de tu canto

.

lunes, 26 de abril de 2010

- EN EL MISMO LUGAR

Hay instantes tan fugaces que quisiéramos atraparlos para siempre, hay sentimientos tan fuertes que el miedo a que se deslicen nos lleva a protegernos, hay señales que hace que nuestro alrededor se convierta en un espacio lleno de suspense, un temor de pérdida inconfesable. Y ese es el amor que nos guía, una sustancia química, el ir y venir del mar una tarde al ponerse el sol cuando con un abrazo se intenta exprimir hasta el último instante de esa fugaz e infinita felicidad que se queda flotando entre nosotros. También algunos sueños empiezan así.
.
Cerrar los ojos y esperar
en la lentitud de la tarde traspuesta
con la voz baja y sigilosa
para no espantar los momentos
recortando las tardes sin final
dibujando el destino de amarillos
como si todo empezara de nuevo
las manos contra el horizonte ardiente
asiendo tu espalda que palpita
amarrando las emociones derretidas
cavando los restos de una pena
para robarle el corazón al tiempo
en aquel mismo lugar de siempre
venciendo la soledad de la noche
que se rindió bajo el peso de tu luna
.

jueves, 22 de abril de 2010

- ACOMODANDO SENTIMIENTOS

El tiempo es inevitable y aunque parece que algunas veces se mueve con pesadez nunca se detiene, nunca hace una pausa cuando alguien vulnerable, por lo que sea, necesita parar para encontrar la salida y volar. Ese tiempo ya no se recupera, tiempo que se diluye, tiempo que se desgasta, tiempo herido, tiempo fragmentado que se distancia, tiempo inquieto que no nos deja descubrir otros matices. Y en la pasividad de esos días contenidos por la ausencia, casi más propia de ese tiempo que no se vive, se desgrana el devenir de muchas vidas posibles, unas que se han dejado atrás y otras a las que nos aferramos como un naufrago para sobrevivir o al menos para intentarlo, convirtiendo los pequeños momentos, esos instantes que revitalizan, en una especie de casa segura. Y en cada intención una esperanza, en cada idea de proyecto un propósito, en cada sonrisa el reconocimiento, en cada mirada la aceptación de cada otro como es y por encima de todo, la necesidad de acomodar los sentimientos, porque no hay mejor aliado para vivir que sentirse querido.
.

martes, 20 de abril de 2010

- DE CARA Y CRUZ

Y un día cualquiera, después de esa lluvia que mantiene el ánimo frío golpeándose contra la ventana de una habitación vacía, un soplo del mar empieza a mover la distancia, las nubes se acomodan de nuevo y un leve pero prometedor rayo de sol empieza a quemar todos los silencios prisioneros. Una victoria de la vida o un equilibrio de fuerzas, la cara y la cruz de una consecuencia, que marcó un tiempo en el que no pararon los pájaros de revolotear nerviosos, toda una extraña paradoja de la primavera. No es cuestión de razones, porque hay muchas veces otros motivos que llegan a ser tan absolutos como para hacer inexplicables las cosas. Y hay que navegar en esos espacios tan amplios de la razón, tan íntimos de los sentimientos, para tratar de iluminar los secretos que alimentan muchas veces las pesadillas, para llegar a tomar conciencia de la identidad de cada uno, sus incapacidades también, pero sobre todo su capacidad para no tener que esperar a que las cosas cambien por sí mismas. Sin duda, cada traspié nos enseña algo que necesitábamos saber, cosas para guardar por encima de la angustia, pequeños logros que muchas veces pasan inadvertidos pero que de alguna manera marcan un rumbo, porque es necesario un semblante nuevo para vivir nuevamente.
.

miércoles, 14 de abril de 2010

- APENAS NADA

Después del atardecer apenas nada, un mundo pequeño que termina en la esquina de una plaza, tal vez nada, porque dejaron de sonar los besos, se apagaron y sólo hubo silencio y frio, nada. La sensación de quedar suspendido del techo con un desconocido y verlo todo distinto a como era hace apenas nada. Ningún parecido con la luz de ayer que nos dejamos, ninguna estrella que viniera a levantarnos, mientras decrecía el último suspiro de luz que se dibujaba en la sombra inexorable de la soledad. Ningún significado en aquellos garabatos negros que dejó la lluvia incrustados en el suelo. Nada que no fuera mirar el vuelo de aquella paloma muerta, que se quedó sin ver el mar en calma.
.

martes, 13 de abril de 2010

- AL FINAL DE LA ESCALERA

Mientras la espesa baba de esta amarillenta primavera rueda por los escalones rotos sobre los que se empapó el llanto, los dedos temblorosos ya no llegan a definir las formas opacas de esa imagen ilegible tendida al aire sobre las margaritas, que se va perdiendo lentamente en el pozo de la memoria sin poder darle la vuelta
.

lunes, 12 de abril de 2010

- LAS CONDENAS DEL FRACASO

A veces algunas cosas no se llegan a entender y resultan terribles, porque la angustia se va fijando con su mejor cara de confusión hasta desbordarnos, agotando nuestra resistencia. Y nos dedicamos a permanecer continuamente alerta para enterarnos, escuchando en la inmensidad de la noche el sonido de las horas que avanzan por el túnel sin límites de la oscuridad, dejando esa sensación inútil de fatiga y un triste paisaje donde sólo brillan los destellos de la tristeza.
.

jueves, 8 de abril de 2010

- EL GOFIO CANARIO

Si hay un producto que destaque en la gastronomía canaria es el gofio, que se ha convertido con el paso del tiempo en una seña de identidad. Ha sido un alimento básico que se ha mantenido a través de los siglos, debido a las cualidades alimenticias que posee (vitaminas, proteínas, fibra y minerales). El gofio es la harina que se obtiene del grano molido. Su color es más oscuro que la harina, ya que los cereales se tuestan primero antes de ser molidos. Para el tueste del grano se empleaban recipientes de barro y luego se molían a mano con molinos de piedra... El gofio más tradicional es el de trigo y el de millo (maíz), aunque poco a poco se han ido incorporando otros cereales para hacer gofio, tales como el centeno, la cebada, garbanzos o chochos (altramuces). En Canarias el gofio ha estado presente en todas las épocas hasta la actualidad, al tratarse de un alimento natural y debido a las propiedades energéticas que posee. Es un alimento con un alto valor nutritivo, muy rico en minerales (hierro, zinc y magnesio). Asimismo, es un producto rico en fibra y debido a su escaso contenido graso, bajo en calorías (365,6 calorías por cada 100 gramos de gofio de trigo). Una característica importante del gofio es que se trata de un producto apto para la alimentación de personas que padezcan la enfermedad celíaca, ya que al tostar el cereal, las proteínas que contienen aminoácidos glutamina, potencialmente formadores de gluten después de ser ingeridos, se deshidratan y posteriormente se desnaturalizan. A nivel histórico, el gofio fue sobre todo un alimento básico en épocas en las que escaseaban los productos básicos y su inclusión en la dieta acompañaba a la carne, el pescado, la leche o las verduras. Durante la guerra civil el gofio fue el sustento básico para la alimentación de la población canaria y en los barcos de emigrantes clandestinos que salían de Canarias hacia América, el alimento indispensable fue siempre el gofio, puesto que se podía conservar durante mucho tiempo siempre que estuviera al abrigo de la humedad. Fueron estas personas, emigrantes canarios, las que introdujeron el gofio en países como Cuba, Puerto Rico o Venezuela, donde también se consume. Para moler o molturar los cereales se ha usado diversos tipos de utensilios, variando según épocas, zonas geográficas y culturas. Antiguamente se hacía manualmente, con la ayuda de unas piedras destinadas a esta labor: la piedra molinera (ruedas de molino movidas a mano). Posteriormente se incorporaron los molinos, una máquina cuyo elemento central consiste en dos piedras circulares –las muelas- que actúan por fricción de la superior –volandera- sobre la inferior –solera-. La fuerza motriz empleada en los molinos le da el nombre a cada uno de ellos: eólicos, hidráulicos, eléctricos… Actualmente son molinos eléctricos los que se encargan de su producción, aunque en algunas zonas aún se conservan molinos de agua antiguos. La forma de consumir el gofio ha variado desde la antigüedad. En la época anterior a la conquista, los antiguos pobladores de Canarias consumían este alimento amasándolo con agua y sal en su forma más básica o utilizando leche, miel y frutos secos. Se solía utilizar un zurrón para amasar y transportar el gofio preparado. Actualmente se consume de igual manera, aunque también ha intervenido la cocina moderna para preparar diversos postres como helados o mousses de gofio. La forma más común de tomar el gofio es en la leche, aunque también es bastante común utilizarlo amasado como acompañamiento de las comidas (formando pellas o pelotas y cumpliendo la función del pan) o escaldado (se aprovecha el caldo del potaje para escaldar el gofio y consumirlo con carne o sardinas antes o después del potaje)... Una de mis grandes debilidades es el mousse de gofio: 500 gr. de nata; 4 cuchadas de gofio; ½ lata de leche condensada; ½ copita de licor (amaretto); almendras tostadas y miel de palma para adornar el mousse. Se vierte en un bol la leche condensada, se añade el gofio y se mezcla bien. Se va añadiendo el licor y se integra formando una crema. Se monta la nata y se añade poco a poco a la mezcla anterior. Se sirve en copas y se adorna con almendras picadas y miel de palma. Por si alguien tiene interés en conocer algunas otras recetas en las que se emplea el gofio pueden consultar esta página.
.

jueves, 1 de abril de 2010

- DESPEDIDA AL AMANECER

Ya estaba abierta sobre la cama la maleta y la luz opaca azuleaba las rendijas de los tejados mal dibujando los perfiles entre las nubes que tiritaban. Sabía que era la última noche y se acercó con cautela a la ventana, apoyando un lado de la cara contra los cristales, hasta sentir la humedad con la que las lágrimas trataban de abrirse camino entre la piel. Pensó en lo efímera que es a veces la felicidad y volvió a mirarlo todo por última vez. Afuera se alineaban en perspectiva los sauces, dejándose danzar por el aire de una tarde lluviosa de abril. Le dolían tanto las despedidas que eran como una amenaza permanente a sus espaldas, con aires de desastre total para los sentimientos, como esos sueños en los que te despiertas sobresaltado mientras caes por un precipicio inalcanzable. Por eso callaba, mientras la noche empezaba a estrellarse en silencio buscando lo imposible.
.
Era a esa hora
cuando los gallos marcan la aurora
cuando las lágrimas resbalan sin llanto
cuando llega el momento de irse
.
Era a esa hora
en ese amanecer despierto apurando la vida
cuando el adios nos sorprende con desgana
cuando cada palabra suena a despedida
.
Era a esa hora
en que la vida parece extinguirse
cuando se inunda el puerto del alma
en el momento de decir te quiero
.
A esa hora era
cuando tus labios se hacen de acero
cuando se vencen tus abrazos huecos
cuando tengo que dejarte
.
Y otra vez a volar el camino
con las alas del querer cortadas
embriagado de tu ausencia
hasta que llegue la hora

.