miércoles, 17 de septiembre de 2008

- PENSAMIENTOS DE AQUEL DIA


Una amiga, Marisol, estuvo muy cerca en una época en la que se me torció la vida, se llenó de ruidos y me costaba encontrar un camino por el que avanzar. Andamos un día por el monte, hablamos poco, pero yo respiré muy profundamente. Hoy nos tropezamos por la calle, entre un edificio y otro de la Facultad y recordé con ella lo grandes que pueden llegar a ser las cosas más insignificantes, lo trascendente de los momentos. Seguí pensando en este día y surgió este pensamiento, que es para mi amiga.

Aunque no pueda
recuperar de tu boca
las palabras breves
del último momento
que calmaron mi prisa
de pasos de fuga
guardo tu andar sereno
que puso una salida
al tormento de aquel día
de ansia y penumbra
abriste una puerta
para mirar despacio
desde la otra orilla

2 comentarios:

dijo...

Aveces, con el paso del tiempo las cosas cambian, solo en el exterior, porque internamente sentimos eso mismo que habíamos sentido antes, ese agradecimiento, ese profundo cariño, por alguien que en nuestra vida fué bálsamo y flor.
Mil besos

entreluces dijo...

Es todo un privilegio que cuando el corazón necesita muletas alguien especial te las preste, nunca se olvida....... un beso beker