jueves, 7 de julio de 2011

- MIRADAS INVISIBLES

Soplaba el viento en otra dirección y lentamente, como contando una historia, cayó el atardecer sobre la arena de Samil, mientras se alejaban poco a poco las islas Cies y se impregnaba todo con esa luz de la melancolía, que a veces, a esa hora, se hace de rogar porque sabe que siempre la espero… Dos gaviotas permanecieron cerca todo el tiempo, pero sin escucharse, sin abrir los ojos para mirarse, hasta que la noche las hizo invisibles para soñar despiertas.
http://www.youtube.com/watch?v=Eho6m_H1q2c&feature=related

12 comentarios:

Ramón María dijo...

Bella prosa beker, me encantó la última frase.

Abrazo

E. Martí dijo...

Qué música ponen sobre el corazón los atardeceres y las gaviotas.
Preciosa tristeza.
Un beso

Javier dijo...

Ah bandido, estás en mi tierra!!!!
Te envidio.



Saludos.

delaRosa dijo...

Por unos días hemos sufrido el vacío de tu ausencia, querido poeta, tu llegada por ello es aún más sentida.
Una imágen para recordar, un silencio para saborear y el regreso de los sueños..

De fondo.. Cancioncelta.
Besos de nube:)

Cantares dijo...

Hola!!! bellas tus palabras y maravillosa la canción
Besos

María Socorro Luis dijo...

Qué hermosa siempre tu prosa poética.

Acaricia y arrulla. Besos

Cecy dijo...

La música acompaña tan bien el recorrido del poema, de esa cercanía de las aves en libertad.
Precioso.

Un gran abrazo amigo!

alkerme dijo...

... los atardeceres...

Saludos,

Belkis dijo...

Miradas invisibles... A veces el corazón ve con más fuerza e intensidad lo que no se tiene al alcance de los sentidos. Cuando el sentimiento es verdadero no hace falta la presencia. Es como si tuvieramos que enterrar el alma para no percibir la ausencia... Muy bello Beker, como siempre.
Un abrazo

virgi dijo...

Un atardecer, unas gaviotas, el mar...todo se une para la melancolía.
Besos y gracias por tu visita.

Juan Yanes dijo...

Ahí, poeta¡¡¡¡ Te ví en el blog de Virginia y vine pacá. Un abrazo

Juan Yanes dijo...

Ahí, poeta¡¡¡¡ Te ví en el blog de Virginia y vine pacá. Un abrazo