domingo, 14 de diciembre de 2008

- CONFIDENCIAS

Desde el amanecer empezaron a acomodarse los distintos tonos de luz que cubrían esa parte del monte de La Esperanza que parecía olvidado y que se había quedado en una especie de penumbra suave, ideal para las confidencias consigo mismo. Había llovido y los árboles tenían ese brillo de las ramas mojadas
.
Al fondo otra luz más intensa iluminaba las ramas altas, como intentando retrasar la tormenta e invitando a pensar cualquier cosa en un paisaje que animaba a andar sin empeñarse en nada o tal vez recuperar otros momentos que se habían quedado perdidos y que ahora simplemente había que reconocer

3 comentarios:

huellas compartidas dijo...

Cuanta tranquilidad... cuanta paz... cuanta necesidad de renovar aires, corren por estos lados...

alexandra dijo...

Hola, gracias por tu paso por mi blog.
He mirado el tuyo y realmente me gustan las fotos y los textos.
Te seguiré visitando con mucho gusto.
Un abrazo desde Buenos Aires.

delaRosa dijo...

Parece un bosque de intimidades, que invita a hablar en susurros para no quebrar el equilibrio de las gotas de agua.
Imágenes de sosiego en el monte de La Esperanza.

Saludinesss...