sábado, 31 de mayo de 2008

- VIENTO QUE AULLA EN LA MEMORIA

Después de aquella tarde Abilio se propuso no volver a pensar. Había esperado ocho días y uno más de emergencia, que le dio para forzar al destino indiferente una respuesta que no llegó. Y soportó lentamente la resaca que dejan las últimas palabras heridas, dichas sin tregua, palabras sangrantes que nada tienen en cuenta. Cerró las ventanas, como queriendo poner un tapón que le aislara de todo y vivió en la penumbra, arrastrando en cada paso la tristeza más honda, en un viaje continuo de ayer y hoy. Sólo fue un intento, porque el ruido de los sentimientos se cuela como el viento por las grietas invisibles de la memoria, dejando el cuerpo enmudecido. Viento con sabor de agosto, viento que quema, viento de horas interminables, viento solitario, viento de espera, viento de desamor, viento de diarios ocultos, viento de imágenes borradas, viento de otras caricias, viento perdido. Aún sigue esperando, porque el amor y el tiempo le enredaron en su laberinto de rumores

2 comentarios:

dijo...

aunque se cierren todas las ventanas, y se clausuren las puertas, enredarse en rumores silenciosos es inevitable...
mil besos

entreluces dijo...

Profundamente turbador..... Hay momentos que, sin nosotros saberlo, requieren abrir ventanas para que ese viento te traiga el consuelo de la luz del día. Besos amore !!