jueves, 28 de agosto de 2008

- MI PRIMERA CASA


Un tiempo de este verano lo pasé en La Palma, la isla donde nací. Visité el barrio de Tajuya y la casa de mi abuela donde viví la niñez y toda la adolescencia. A veces el tiempo, en vez de precipitarse, se alarga mucho más de lo que uno puede imaginar. Así que me costó poco girar los años para reconocer en otro tiempo tantas mañanas parecidas a esta, con similares sombras, iguales paisajes y los mismos murmullos de siempre.

3 comentarios:

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

Qué bueno poder vivir la experiencia de esa manera y no con mucha melancolía...
Un abrazo poeta amigo.

delaRosa dijo...

Un verano con una ventana abierta a otras edades.
Yo sigo sonriendo, tu?¿

Saludos.

dijo...

hermoso volver a nuestro primer hohar... recordar y revivir...
tocar, oler, escuchar esos sonidos que siempre estarán en la memoria.
mil besos