viernes, 19 de febrero de 2010

- MIRADAS SUPERPUESTAS

Este relato es la continuación de otro publicado hace algún tiempo: http://beker-pensamientos.blogspot.com/2010/01/la-mirada-azul-del-cuadro.html
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Durante mucho tiempo permaneció ensimismado en el mismo lugar de la cafetería, atrapado en distintos pensamientos de ida y vuelta, a veces contradictorios, que iba desgranando de forma encadenada, como secuencias superpuestas de distintas películas, sin dejar de pensar ni un sólo segundo. Al final siempre terminaba con la vista clavada en la puerta, como queriendo que sus ojos atrajeran la presencia de aquella mujer de mirada especial, que había dejado una bandera de esperanza en su paisaje natural de sufrimiento. Pensaba en el azar, en la oportunidad de aquel encuentro, en las historias que terminan incluso antes de haber comenzado. En una de esas veces que miro se dio cuenta de que la luz se desvanecía y de que fuera había empezado a oscurecer, porque en invierno parece que los días se empeñan en acercar la noche con más prisa y ya se sabe que en la oscuridad las cosas parecen aún más complejas de lo que en realidad son. Tampoco durante la noche pudo liberarse de aquella mirada que le seguía a todas partes. Porque esa noche soñó, con aquellos ojos que le hablaban, mudos de palabras, a lo largo de un camino que no pudo llegar a precisar. Sólo sintió una inmensa tranquilidad, que se esfumó de repente al despertar por el ruido de la tormenta de lluvia que batía contra los cristales. Se quedó quieto en la cama, en esa soledad horizontal con los ojos abiertos y esa sensación de angustia que dejan los sueños rotos, cuando te das cuenta que fue sólo una ilusión, un extraño efecto de la mente. Se levantó por la mañana dando vueltas a aquellos instantes que habían compartido y que volvían continuamente, como esas canciones viejas que sin darte cuenta se te escapan por los labios. Poco a poco fue ganando una ligera sensación de optimismo, porque había empezado a pergeñar en su cabeza la posibilidad de un reencuentro, aunque formara parte de un sueño invisible, porque no tenía una idea clara de cómo volver a encontrar a la mujer de la mirada azul. Se había marchado como diluida por el aire, sin dejar ni un teléfono, ni una seña, sólo un nombre y un lugar que permanecían en el recuerdo de aquella mañana lánguida. Durante el desayuno se fueron multiplicando en su mente las diversas situaciones en las que podría producirse el encuentro, incluso las menos probables, como cuando vas al médico y quieres tener bien atados todos los argumentos. Olía a mañana de invierno cuando llegó al hotel Taburiente, con la intención de preguntar en recepción si conocían a la mujer que buscaba. La excusa era entregarle un cuaderno que dejó olvidado en una cafetería en la que habían coincidido. Pero nada más cruzar la puerta de entrada al hotel la descubrió en un rincón del salón, entre sillones y plantas, en compañía de un hombre elegantemente vestido con el que mantenía una animada conversación. Su corazón se aceleró repentinamente y de pronto no supo que hacer, puesto que todo lo que había pensado no le servía para nada. La persona que buscaba, los ojos de la mirada azul estaban allí de nuevo, pero en este caso había otra mirada superpuesta, la del hombre que le acompañaba. Intentando no llamar la atención, se dirigió a la cafetería del hotel que estaba al otro lado del salón, con el fin de decidir qué hacer. Desde la posición que ocupó les podía ver a través del cristal biselado y aunque no podía distinguir los detalles, si sabía que estaban allí, hasta podía distinguir los movimientos diluidos que se dibujaban a cámara lenta en las formas del cristal, como ráfagas intermitentes de lucidez y abandono, en medio de esa atmósfera de calor y frio a la vez. Después de media hora se levantaron y salieron a la calle. Se acercó a la recepción, pidió papel para una nota y dijo que se la entregaran a la señora Valeria, la mujer que acababa de salir. En el folio doblado por la mitad que firmó dejando al lado un número de teléfono, había escrito el siguiente mensaje: “la tristeza a veces nos venda la cara y nos impide ver muchas cosas que nos acompañan. Tal vez por eso ayer no comprendí por qué tu mirada tenía tanta esperanza, y aunque las cosas buenas no hace falta entenderlas, me quedé con la duda. Conozco un sitio donde algunas tardes parece que no se pone el sol y sirven un buen café”. Pasaron muchos días en los que vivió atado al teléfono, porque la espera es un deseo, a veces terriblemente añorado. La duda de si llamaría era como la incógnita de cuándo terminan las tormentas o el resultado de un partido por jugar. Aquella nueva mañana de sábado se presentaba apaciguada y desde la ventana contemplaba como unas nubes grises y azules rodaban rozando los tejados y las copas de los árboles del Parque García Sanabria hasta fundirse con el mar. La ciudad permanecía inclinada, como pidiendo disculpas. Pensaba en lo difícil que era recuperar los instantes, cuando el sonido estridente del teléfono le devolvió a la realidad.
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34 comentarios:

Cantares dijo...

Todo puede suceder en esta vida.
Precioso relato y bella mùsica.
Besos

Arantza G. dijo...

Ayyy, ya estoy pensado en el encuentro o no...
Esperaré con impaciencia el próximo capítulo.
Una descripción maravillosa de la situación.
Besos y feliz fin de semana

Ursula dijo...

beker...

lo grandioso del instante... son los abrazos que promenten... y lo besos!!

precioso!!

hermosos días amigo querido!!

beso!!!

sara dijo...

Fantástico relato acompañado de una preciosa música, me ha gustado mucho

besos y abrazos, Beker

sara

Dulçe ♥ dijo...

Muy interesante y bella narración!!

Ese hotel me recuerda que tengo que hacer una reserva pa'l mes que viene.. ahí precisamente!
je

Dulce

María Socorro Luis dijo...

Habrá un encuentro, un desenlace...? O el relato quedará abierto , con la incertidumbre, para que el lector se imagine las posibilidades de un final?...

Una lectura interesante.

Besos.

Logan y Lory dijo...

Y el deseo se hizo realidad...

Un relato colmado de esperanza.

Un abrazo.

MORGANA dijo...

Es bellísimo este magnífico relato Beker ..me encantó.
Besos

Cecy dijo...

Quiero un encuentro.
Se lo merecen.
Dale que si?

Besitos mi querido beker.

Scarlett Butler dijo...

como siempre bella música con un relato más que adecuado!!! un beso grande

Sol - Estaré siempre dijo...

Si.. si... si ... definitivamente yo tambien deseo ese encuentro!!!
Hay personas que merecen ese tiempo... sin dudas!!!
Describes tan bien cada detalle que parece que estoy viendolo ahi detras de alguna ventana indiscreta...
Besos cielo, buen fin de semana para ti!!!

mel dijo...

El relato es muy bonito,pero a pesar de la linda nota entregada,si fuese yo dudaría en ir.Sería más fácil aprovechar el momento en que coincidisteis con un comentario tonto, pregunta o lo que fuera, eso es verdadero interés y si no en el caso de la nota,esta nota no debería mostrar ni nostalgia ni debilidad, tristeza...sería una nota en la que se abriera la posibilidad a la amistad en un principio, sincera.Yo pondría-Este es mi e-mail, me encantaría que me dieses sólo una oportunidad de conocerte,la verdad es que no puedo olvidar tu dulce mirada y tendría que haberte dicho algo en aquella cafetería en la que te vi, pero mi falta de atrevimiento lo impidió y
ahora estoy aquí haciendo el ridículo.
A mi me tienta más la sinceridad, que cualquier suposición o un mensaje directo de amor...y es más fácil que te respondan a un e-mail.
Besos.

Angeles dijo...

Pues, vaya, si que mantienes la intriga, esto que escribes parece el esbozo de una gran novela.
A mi me encanta....:))
Espero que tenga final Feliz!!porque me gustan..
Besos:)

beker dijo...

Estimada Mel, la suerte que tienen las personas que se aventuran a escribir algo es que tienen el privilegio de moldear las situaciones a su antojo y a mi no me gusta que las cosas sean necesariamente como las dicta la lógica, porque la vida no es asi. Esta es una posibilidad y a mi me gustó asi. Esta no es una historia de amor, al menos por ahora. Es la historia de una persona que encuentra en una mirada azul(es un simbolismo) la complicidad para poder manifestarse tal como es, tal como siente. Si cuando se despidió en el bar le hubiese dicho "ánimo hombre que todo se soluciona" problemente no se hubiese fijado en nada, ni la hubiese buscado, porque lo menos que buscaba era compasión...

Chus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Chus dijo...

Me gusta el hilo que sigue tu historia, el poder que nuestros deseos es tan fuerte aveces que puede llegar a controlar nuestra mente, espero con ansia la siguiente entrega, un abrazo

gaia56 dijo...

La amgia de tu relato y la luz de los momentos especiales.
Un beso

Ligia dijo...

Espero la continuación de esas miradas superpuestas... Abrazos

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo me encanto tu relato es precioso igual que la musica seguire leyendote
un beso y feliz fin de semana

E. Martí dijo...

Buen relato, en el que mezclas bellas descripciones unidas a un pensamiento que te oprime, que no ve claro, que se debate entre realidad y deseo. Y es ahí donde reside el quiz: pasamos por la vida añorando miradas azules que se pierden; cuando conseguimos rescatarlas para lo cotidiano, resulta que esa mirada se vuelve inalcanzable.
Pero la vida continúa, esperando otro encuentro con las ninfas, que son las que soportan nuestros días y los elevan al rango de diferentes.
Feliz semana. Un abrazo, amigo

Anónimo dijo...

Una maravilla ese mensaje. Lo envuelve todo.

Bien por esta historia.
Un placer leerte.

rosa dijo...

Hola Becker, me has dejado intrigada... espero que la siguiente entrega.
Besos
Rosa.-

mardelibertad dijo...

Bonito relato, grandes palabras,esperemos el siguiente.
Buen fin de semana.
Abrazo

galmar dijo...

:) con qué intriga nos dejas!! me gusta esta historia :)) y la canción, es raro, pero ya la conocía (yo es que de música sé muy poquito:)
gracias por tu visita también :)) un biquiñooo!!! y muy feliz semana!!

tisbe dijo...

Las esperanzas nos atan a un teléfono a la espera de ese deseo añorado y a veces ocurre que el sonido de ese teléfono nos despierta a la realidad para abrazar,por fin,el sueño...o no.

Magnífico relato,me encantó.

Un abrazo

entreluces dijo...

Muchas de las cosas que nos vienen del exterior (miradas, gestos, paisajes) son estímulos que impresionan los sentidos, esto tambien nos ayuda a ir descubriendo la vida, pero el exterior solo hace un papel de estímulo, como una mera invitación y nada más.

Nuestra reacción a ese estímulo es lo importante, nuestra respuesta es lo que nos hace existir, para movernos, para crecer, para amar y actualizarnos en lo que somos.

Tu prosa como siempre querido Beker una manifestación excelente
entre la trama de tribulaciones que se siente cuando una mirada aviva el ánimo.

Un fuerte abrazo

Lucía dijo...

Bello relato, beker. Un encuentro un momento, unos bellos ojos.

Besos.

Anónimo dijo...

Hola Beker!

Ya estoy de vuelta, disculpa mi ausencia pero he estado de vacaciones dos semanas disfrutando de los Carnavales y recuperándome de la tormenta je je je

Preciosa historia muy bien narrada, aunque siempre nos dejas con la miel en los labios pero se que la continuarás ...

Esperaré con impaciencia.

Un abrazo

Encarni dijo...

Me ha encantado la forma en que has superpuesto las miradas, creo que si nos fijaramos detenidamente en nuestro alrededor, existen muchas miradas superpuestas, esta idea me ha enganchado hasta el final de este capítulo.
Esperaré la continuación, pues la cosa promete.

Un abrazo.

Unknown dijo...

que bonito, me enganchan tus historias, espero su reencuentro, nunca se sabe, a veces el mundo está lleno de casualidades :)
un beso!

Ricardo Miñana dijo...

Buen relato y buen texto,
nos invitas a la reflexion.
un placer leerte.
feliz semana.

matrioska_verde dijo...

imagino que continuará ¿no?... a mí me encantaría que sí.

me encanta lo que dice la nota.
biquiños,

luna dijo...

Me ha gustado la continuación del relaro, y es verdad cuando tienes tanta tristeza en tu alma, no te dás cuenta de nada ,ni de la sonrisa del que tienes adelante, ni del que te quiere echar una mano.La tristeza cuantas personas la arrastran,y cuanto cuesta que salga de tu alma.

besitos

luna

irene dijo...

La esperanza, los sueños, unas veces llegan a buen fin, otras no, pero lo importante es tenerlos siempre, y esperar que se cumplan.
Esa llamada... ¿sería la deseada?
Precios relato, me ha hecho recordar algunos instantes de mis propios sueños, de mi propia vida.
Un beso, Beker.