lunes, 6 de septiembre de 2010

- RUTA DE MONASTERIOS ( I )

La lectura hace algunos veranos de la obra “Los pilares de la tierra”, a la que siguió posteriormente otras como “La catedral del mar” y más recientemente “Las rosas de piedra”, me despertó una enorme curiosidad por todo ese legado histórico y artístico que se encuentra recogido en iglesias, ermitas, castillos, monasterios y catedrales. Son como retablos vivos que te hacen viajar en el tiempo para imbuirte y profundizar en otros momentos de la historia, en otras costumbres, en la arquitectura y como no, en la vida de la época. Así que este verano, como dice Llamazares, emprendimos un viaje en el tiempo y en la geografía, he hicimos una apasionante ruta por algunos monasterios y catedrales del Norte de España, desde León hasta Zaragoza. Iniciamos de este modo una serie dedicada a algunos de estos monumentos que visitamos, presentando algunas pinceladas de cada uno de ellos.
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Queremos empezar por la llamada “Catedral de la Montaña” situada en Lois , un pueblo típico del Oriente montañoso de León (España) y cercano a los Picos de Europa. La carretera que conduce al pueblo acaba en sus calles, y el casco urbano se encuentra rodeado de montaña y abundante vegetación, por lo que las diversas rutas que hay localizadas tienen un gran atractivo. De Lois no sólo hay que destacar la iglesia, ya que es un pueblo con un extraordinario pasado cultural. De hecho, está declarado Conjunto Histórico de Interés Cultural, destacando también sus casas blasonadas que dan cuenta de la importancia de su pasado. La cátedra de latín que durante decenios se impartió en este lugar, atraía a sus aulas por su prestigio a los jóvenes de los alrededores. El origen de la Catedral de la Montaña hay que buscarlo en 1755, cuando el Concejo de Lois aceptó el ofrecimiento del Obispo de Tuy, D. Juan Manuel Rodríguez Castañón, de levantar una nueva iglesia en el mismo lugar que ocupaba la Parroquia de Santa María, cuyo estado era muy deficiente. Los gastos de la nueva iglesia corrieron por cuenta de este obispo, al que se cedió el poder de construir la capilla del Pilar. El pueblo debía colaborar aportando materiales (madera, piedra, arena, tejas…) y aquéllos que no dispusiesen de bueyes para acarrearlos deberían estar presentes para ayudar a cargar y descargar. La iglesia de Lois es singular tanto por su tamaño como por sus características arquitectónicas en un medio rural tan alejado. El aspecto rosado tan peculiar se lo da el mármol veteado que procede de una cantera cercana. El edificio es rectangular y la iglesia propiamente dicha es de una sola nave, con planta de cruz latina de brazos cortos. Aunque ha sido catalogada como neoclásica, su estilo pertenece a un barroco tardío (www.altoesla.com). Para los que no lo conocen, Lois es un lugar muy recomendado para visitar. Todo el acceso bordeando el rio Dueñas, hasta el mismo pueblo rodeado de naturaleza es como un museo al aire libre. El tiempo pasa muy rápido viendo los distintos monumentos, las casas típicas, las rutas... y para redondear el día, un buen chuletón en el único pero magnifico restaurante que hay en el pueblo.

13 comentarios:

Arantza G. dijo...

Son libros de piedra que como los anillos de los árboles cuentan la historia, el pasar de los años y de la gente.
Besos.

MORGANA dijo...

Ellos nos hablan de sus gentes de la historia y sus costumbres.Un hermoso legado que no debería perderse.
Besos.

Ligia dijo...

Muy interesante debe ser esa ruta por lo que nos cuentas. Los monasterios encierran historia en sus muros. Abrazos

Calvarian dijo...

Si el día acaba en chuletón me apunto jejeje. Me parece que me va a encantar pasearme por el norte en buena compañía. Puede que incluso pasaras cerca de mi montaña Palentina. Ya veremos.
Lois parece un bonito lugar. Apunto el pueblo, el paisaje, la iglesia, y el chuletón, claro está
Saludos

E. Martí dijo...

Buena pinta tiene esta serie sobre los monasterios. Durante siglos amasaron (y acunaron) sabiduría, historia, poder, gloria, humildad ... Siguen siendo fiel reflejo de lo que allí se vivió, asi que, habrás aprendido un montón de cosas y las aprenderemos contigo.
Gracias.
Abrazos cordiales

Cantares dijo...

Que interesante.
Un abrazo

María Socorro Luis dijo...

Libros de piedra, como dice Arantza, patra leerlos detenidamente...

Muy interesante.

Muxu.

L. Gispert dijo...

Hola, Beker, una de las visitas que no soslayo cuando puedo, son los monasterios. Me encanta refugiarme en su regia arquitectura, admirar su aspecto artístico, su sentido devocional, sus avatares históricos, su irradiación.

Por eso me alegra leerte. Con esa ruta y las siguientes.

Con mis cordiales saludos.

Luis.

Encarni dijo...

Pensé que la ruta de los monasterios es algo muy parecido al camino de Santigo, sobre todo por esa busqueda de la historia relacionada con la busqueda interior. Creo que algo de eso habrá.
Un abrazo.

Eleanor Atwood dijo...

Estimado Beker,

Tras varios meses posponiéndolo, al final también yo me hice con el libro "Los pilares de la Tierra", para llevarme un inmenso susto al comprobar que su grosor era mayor que el de la Biblia. Pero poco a poco voy leyéndolo por partes y absorbiendo la gran cantidad de información sobre arquitectura medieval que esta obra nos proporciona.
Tu reseña sobre este trocito de tierra española me ha animado a visitar esos lugares, que parecen ser fuente de inspiración para escritores y poetas.

Saludos.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy interesante este post! Me encantó leerte.

irene dijo...

Seguro que tiene que ser un pueblo precioso al que merece la pena visitar.
Es increíble la cantidad de monumentos que tenemos, aparte de su belleza, a mí siempre me admira pensar el trabajo y el esfuerzo tan terrible que debió suponer el levantarlos, sin olvidar las vidas que costaron, pero bueno, no quiero ponerme trágica, es maravilloso contemplarlos.
Un beso, Beker.

matrioska_verde dijo...

de los tres libros que nombras, dejé el de Llamazares a medias... conocí de su existencia en una conferencia suya a la que asistí... me gustaría hacer como tú, visitar una a una esas catedrales e ir leyendo lo que corresponde a cada una in situ.
biquiños,