
Les deseo de corazón que tengan unas felices fiestas, que el año que viene venga cargado de promesas y que definitivamente tengan mucho amor…
Un recorrido por algunas sensaciones vitales de cada día, de cada época, de siempre y en especial un reencuentro con las emociones y los sentimientos
Ojalá que mañana sea siempre
siempre más que nunca
Que me traiga limpio tu nombre
y en ti me quedo
En tu paisaje tibio y doloroso
de balsa, plano
En el sosiego de los sentimientos
para empezar de nuevo
Para borrar con calma las palabras
lentamente
sobre tus labios dormidos
Que hilvanaron de tu boca las razones
una vez
sin prisa, cada día
Para seguir el rumbo de tus pasos
alegres, otras tristes
Para perderme por tus calles de violines
de olor a tierra
de mano prendida, de ti
Prisionera el alma de pura lava
fugaz y palpitante
como un lamento
Buscando las olas al caer el sol
en el juego prohibido del amor
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http://www.youtube.com/watch?v=pXZxf0uorzQ&feature=related
En este mar descompuesto
de lejanos ecos sin orgullo
de señales sin augurios
de símbolos sin enigmas
de prisa en los recuerdos
de ayer silenciado a nunca
se desploma sin peso el adios
y las olas deshacen en añicos
el amor que murió sin sentir
Después de tantas insatisfacciones decidió que no debía parar, que no debía desviar la atención porque hay cambios que colapsan la vida, que la vida no era una partida de cartas, que no era bueno dejarse llevar, que no se puede confundir el compañerismo como la sumisión, la generosidad con la obligación, que hay que aprender a decir no con mayúsculas. Porque hay que comenzar desde donde estamos, desde donde somos, con nuestras propias piedras para reconstruir el camino, porque hay que aprender a vivir entre la prisa y la calma y encontrar la quietud que frene la desidia y la angustia. Y todo porque pensaba que hasta ese momento su vida había sido una estafa, una cosa tras la otra que los demás iban colocando en su camino haciéndole avanzar por él, como si no tuviera voluntad para elegir lo que en realidad quería o como si fuera un baúl donde los demás iban arrojando sus dramas personales. Ahora se había empezado a plantear el reto de ser ella misma, de recuperar los pasos perdidos y crear sus propios escenarios, escuchar otra vez la música, pero en su verdadero tono, el reino de sus pequeñas cosas, de modo que el sofá de su casa pudiera ser la butaca más cómoda del cine. Empezar a marcar el ritmo de los actos, evitando la comodidad, la añoranza, los sobreentendidos, el escudriñar las miradas. Quería sacar adelante un compromiso consigo misma, sintiéndose bien y sin dejar cabida a sus propios fantasmas. Quería el lugar que le pertenecía en el mundo, sin esa sensación de que los días eran una carga demasiado dolorosa. Quería sobre todo ser, ser feliz.